¿Cómo puede viajar una ciudad? ¿Cuáles son sus medios de transporte? ¿Existirá el turismo colectivo y comunitario? ¿Una ciudad puede aspirar a ser ciudadana del mundo?
Siempre he considerado que los festivales internacionales de cine persiguen esta actividad de hacer que una ciudad pueda viajar, y un ejemplo vivo de esto son los logros que el Festival Internacional de Cine de Monterrey (FICMTY) ha conseguido con su última emisión. En esta ocasión, nuevamente, le concedió a la comunidad de ciudadanos regiomontanos la oportunidad de tener un pasaporte mundial con visa especial a España.
Nuestra metrópoli -gracias al FICMTY- se transforma por semana y media en una plataforma donde diversos y múltiples espacios oscuros que te teletransportan en tiempo y espacio al universo conocido y desconocido. En efecto, el FICMTY muestra algo que difícilmente programas gubernamentales tradicionales podrían lograr: formar una ciudad con aspiraciones multiculturales.
Es por medio del cine y su exhibición que Monterrey puede reflejarse ante el espejo globalizado y manifestar los rasgos de su identidad; saber si su río seco que le atraviesa es endémico, cuestionarse si la “ciudad de las montañas” respeta a las mismas y semblantearse si las favelas brasileñas tienen algo que ver con la invasión habitacional del cerro de la campana, a su vez podemos saber nuestras propias diferencias con ciudades mexicanas y atrevernos a ver si somos más parecidos a San Antonio, Texas que a San Cristóbal de las Casas.
Sin duda alguna creo que el verdadero pasaporte que una ciudad pudiese tener es el que el FICMTY nos volvió a ofrecer, saber si los viajes a los que nos llevó cambiaran a la ciudad y sus habitantes es difícil de confirmar, ésa es una película que nos tocará filmar colectivamente, buscando saber cómo queremos mostrar la transformación de una ciudad como Monterrey.
VALE
FICMTY: Un pasaporte para una ciudad
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